Salida didáctica a la exposición «Máquina Orgánica»

El pasado viernes realicé con mis alumnos del curso de certificado de profesionalidad de Confección y Publicación de Páginas Web (IFCD0110) una visita guiada a la exposición “Máquina orgánica”, que tiene lugar en el marco del programa “Canal Connect 2023”, del espacio cultural de Teatros del Canal.

El leimotiv del programa “Canal Connect 2023” es la exploración de la tecnología y su evolución, centrándose este año en la tecnología aplicada a las máquinas, mostrándonos tecnologías de vanguardia y las fronteras de los avances en este sentido.

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Visita al MUSAC (León)

Estas pasadas Navidades hicimos una escapada a León, y dentro de las actividades culturales que realizamos, estuvo la visita al MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Cierto es que en mi familia somos muy clásicos, y el arte contemporáneo no es de nuestro agrado, pero nos parecía obligado no irnos de León sin pasar por aqui.

No tengo ningún tipo de formación artística, así que mis apreciaciones no deben ser tomadas muy en serio, y son hechas con intenciones humorísticas. Si alguno de mis compañeros del trabajo que vienen de Bellas Artes me escucharan, seguramente me lapidarían un poco. Vayan mis disculpas de antemano.

Un erizo cibernético, o una torruga asaeteada.

El edificio me gusto bastante. Muy luminoso y colorido. A mi mujer le recordó a una pantonera, por cierto. Lo de dentro ya nos costó un poco más de digerir. Teníamos claro que no íbamos a encontrar esculturas con el canon griego de 8×1, pero realmente nos sorprendieron.

Al principio encontramos cosas «raras», pero dentro de los parámetros normales de rareza, pero según íbamos avanzando, entendíamos cada vez menos. Sin embargo, y para no llamar demasiado la atención, observábamos con detenimiento las obras mientras exclamábamos «hmmmm» con cara de interesantes. Lamenté llevar mis gafas de metal en lugar de otras con montura de pasta, para pasar más desapercibido.

El problema es que mi hija no se camuflaba bien entre los intelectuales, y exclamaba sin ningún tipo de pudor «que feo», o «esto a mi no me interesa». Aun así, continuamos nuestra visita, hasta que la pequeña ya dijo «papá, tengo miedo». Y no me extraña coño, porque menudos engendros salidos del infierno. Todavía las esculturas y demás vale, pero las proyecciones y los vídeos daban miedo. Parecían salidos de un cruce entre el videojuego Silent Hill y una peli de Buñel.

Tías en pelotas con cara de amargadas que parecía que se iban a autoinflingir heridas con objetos punzantes, un tipo que repetía «no, no, no…» continuamente, una piba que explicaba como batir un huevo, otro menda afeitándose… En fin, la verdad es que a mi también me dio un poco de miedito.

Trozos de moqueta.

Cuando nos recuperamos de nuestro estupor, intentamos aproximarnos hacia la salida sigilosamente y sin que se nos notara el temor, pues los gafapastas son como los felinos, huelen el miedo en sus presas. Una vez en la calle, corrimos todo lo deprisa que pudimos hasta encontrarnos a una distancia prucendial, y nos relajamos en la cómoda seguridad de un bar…

Si queréis ver alguna foto más… Sigue leyendo