Mis ordenadores: Un paseo por la Prehistoria

Estuve publicando algunas fotos antiguas en Facebook, y entre ellas hay una de mi yo pasado utilizando un viejo Amstrad CPC464. Ese fue mi primer ordenador, con el que comencé a aproximarme al medio con el que hoy en día me gano la vida. Bien es cierto que casi todo lo que hice con ese ordenador fue jugar, pero también me sirvió para introducirme al mundo del Basic, y ejercitar la mente al mundo de los directorios y los comandos. Pensé entonces en todos los viejos cacharros que han pasado por mis manos hasta hoy en día, y han sido unos cuantos. Echemos la vista atrás, y viajemos por la prehistoria informática.

Mi primera vez fue a los 11 años. Fui un poco precoz para aquella época, aunque hoy en día los niños se inician mucho antes. Todo ha cambiado mucho. Yo estaba muy nervioso, pero fue una experiencia muy agradable. Era con el Amstrad CPC 464 de mi hermano, que heredaría yo algunos años después. Monitor de fósforo verde, 64k de memoria, software que se cargaba en el equipo por cintas de audio… Revolucionario para su época.

Recuerdo con cariño aquellas maratonianas sesiones de juego. Eran largas, porque como el ordenador no tenía disco duro, no podías guardar las partidas, y tenías que empezarlas y terminarlas en una sola sesión. También incorporaba un proto-procesador de textos, aunque como no tenía impresora, ni dispositivos extraíbles (bueno sí, las cintas), ni conexión para enviar archivos, pues no era muy práctico, la verdad.

Con él aprendí también los rudimentos del Basic (aún odio el comando LOCATE), e hicimos nuestros primeros pinitos de programación gracias a la ayuda de revistas como Micromanía. Memorable.

De ahí pasé a utilizar otro Amstrad, en esta ocasión el CPC6128 de mi hermana. Este tenía ya varias mejoras respecto a mi viejo 464, lo que lo relegó al cajón del olvido. Monitor a color, por ejemplo, que era todo un puntazo. La memoria venía ampliada a 128k, duplicando la capacidad de mi equipo. Además, el sistema de carga de software era por una especie de disquetes (similares a los cartuchos de las consolas de la época), que era mucho más rápido que la cinta. Lamentablemente, también era mucho más difícil conseguir los juegos en el mercado negro.

El primer bicho serio lo tuve ya en la universidad, donde adquirimos un IBM PC 8088 para la asociación de alumnos, que usábamos para pasar los apuntes y para hacer trabajos. Aunque el procesador ya presentaba un salto generacional descomunal respecto de los Amstrad, utilizando ya la arquitectura x86 en la que se basan los PCs de hoy en día, seguía siendo una antigualla.

Sin disco duro, con discos flexibles de 5 ¼ y utilizando un sistema operativo MS-DOS y un procesador de textos WordPerfect, fue el paso a los ordenadores modernos y al sistema operativo en el que se basaría el Windows actual.

Después tuve acceso al 386 de mi hermano. Eso ya era una máquina muy seria, y con disco duro. Se podían guardar las cosas de una sesión para otra, y no era necesario cargar el procesador de textos cada vez que lo ibas a utilizar, porque podías dejarle instalados los programas (y los juegos, que ahí pasé horas con el Prince of Persia).

Aquel 386 ya tenía ratón, lo cual simplificaba mucho su uso. Utilizaba un programa sobre DOS que gestionaba con menús el arranque. Creo recordar que se llamaba Comandante Norton. También ahí conocí la primera versión de Windows que llego a mi vida, la 2.0. Todo muy feo y arcaico, pero resultaba toda una novedad respecto a lo que teníamos antes.

Cursaba yo tercero de carrera cuando me compré mi primer Pentium. Aquello ya eran palabras mayores. Un Pentium 120 con “turbo”, que compramos en una tienda de Moncloa (o Argüelles) en la que despachaban aquellos “pepinos” como churros. Un tío en el mostrador vendiéndolos, otro sacándolos del almacén, y una cola enorme de clientes esperando a ser atendidos. Ciento veinte mil pelas tuvieron la culpa.

Ese ordenador ya me duró muchos años. Venía con Windows 3.11 instalado, aunque llegué a migrarlo a Windows 95 cuando salió al mercado. Era bastante parecido a lo que podemos tener hoy en día (salvando muchas diferencias, claro). Ahí empecé a utilizar mi primer Office (el 6.0), juegos memorables como Warcraft, Diablo, PC-Futbol… Horas y horas de investigación y entretenimiento.

Con este me conecté por primera vez a Interet, a través de Infovía Plus, con un módem de 9.900 baudios, y pagando por cada segundo de conexión. La primera (y única durante mucho tiempo) factura de teléfono fue de casi veinticinco mil pesetas !!!

Recuerdo que el disco duro era de 1,2 gigas, y que el de la tienda me dijo “eso no lo vas a llenar EN LA VIDA”. Pero me mintió, naturalmente. Llegó un momento que el liberador de espacio en disco el Windows 95 salto pidiéndome que borrara cosas. Tardó años, eso sí. Hoy en día con mi disco duro de dos teras, más los externos de otros dos (1,5 teras – 500 gigas) me pasará los mismo, supongo.

Tras este ya he tenido una multitud de equipos, un Pentium II, un AMD K6II, un AMD K7, un Pentium IV… Actualmente tengo en uso un Intel Core i7 de sobremesa, un portátil AMD Turion(X2) y un Netbook EeePC 1000. Muchísimos más potentes y versátiles, pero menos románticos.

¿Y vosotros?. ¿De la mano de qué aparato comenzasteis a trastear con la informática?

4 comentarios en “Mis ordenadores: Un paseo por la Prehistoria

  1. Yo que convivido con los Amstrad, pero nunca tuve ninguno. El más antiguo que recuerdo haber tocado era un 286 al que hice un backup para poner uno nuevo con Windows 95.
    El sistema operativo más antiguo Windows 3.11 y una versión de Unix que no recuerdo allá por los 80.
    ¡¡Como han cambiado las cosas!!… y lo rico que se ha hecho Bill Gates por el camino

  2. Yo recuerdo que mi primer programa de ordenador lo escribir en BASIC de mi Atari que me regalo mi tío (tampoco soy tan mayor).
    Realmente fui heredando trastos, pase por un 386, luego un PC pentium 2, pentium 3, Y finalmente ya me pasé a portátiles.
    No dispongo de sobremesas en la actualidad.

  3. Mi primer máquina fué, allá por 1984, un clon del Sinclair ZX81 llamado TK83, fabricado en Brasil y muy popular aquí en Argentina. Entonces no sabía absolutamente nada de computadores a tal punto que cuando la conecté al TV y pude ver algo en la pantalla (creo que era un cuadradito que titilaba bien abajo en la pantalla ) me quedé un buen rato tocando todas las teclas sin saber muy bien para que, y viendo lo que pasaba. Como por mas que toqueteaba todo no aparecían los juegos que vi en las publicidades (un space invaders en blanco y negro y en ultra-baja resolucion 😀 ), llegué a creer que la máquina estaba descompuesta y casi la devuelvo al vendedor. Por suerte un amigo mío que tuvo la paciencia de sentarse a leer el manual de usuario (era la primer cosa que conocía que venía con algo así), pudo «domarla» enseguida, y a partir de ahi se me abrió un mundo nuevo: juegos, programación, expansiones de memoria, casettes para guardar programas, libros y revistas completamente diferentes a lo que conocía, y un largo etc. de cosas nuevas. Tuve esa maquinita un par de años y luego la cambié por una Texas Instruments TI99 de segunda mano, y luego esta por una TK90X (clon del Spectrum) y finalmente tuve 3 MSX la última la compré en el ’89 y aún la tengo en funcionamiento :). Desde entonces solo tuve PCs. Realmente, no creo que haya en la computación otra década como la de los 80.

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